La frase “Eppur si muove” (que significa “Y sin embargo, se mueve” en italiano) es atribuida al científico y astrónomo Galileo Galilei. Esta frase refleja uno de los momentos más emblemáticos de la historia de la ciencia, vinculado al conflicto entre la ciencia y la doctrina religiosa, y es una afirmación de la verdad científica frente a la autoridad.
En el siglo XVII, las ideas científicas estaban fuertemente influenciadas por las enseñanzas de la Iglesia Católica, que promovía el modelo geocéntrico del universo, propuesto por Claudio Ptolomeo. Sin embargo, en el siglo XVI, el astrónomo polaco Nicolás Copérnico propuso el modelo heliocéntrico, que planteaba que la Tierra y los otros planetas giraban alrededor del Sol.
Galileo Galilei, quien vivió entre 1564 y 1642, fue un firme defensor del modelo heliocéntrico. En 1616, la Inquisición Romana declaró que el heliocentrismo era “formalmente herético” y Galileo fue advertido de no enseñar ni defender esa teoría. A pesar de la advertencia, Galileo continuó trabajando en sus investigaciones y en 1632 publicó su obra “Diálogo sobre los dos máximos sistemas del mundo”, en la que comparaba el modelo geocéntrico con el heliocéntrico. Aunque en el libro intentó presentar ambos modelos de manera equilibrada, fue evidente que favorecía el heliocentrismo.
Como resultado de la publicación de su libro, Galileo fue llevado a juicio en 1633 por la Inquisición bajo la acusación de herejía. Durante el juicio, fue obligado a retractarse públicamente de sus ideas heliocéntricas para evitar la ejecución. Según la leyenda, después de abjurar del heliocentrismo, murmuró la frase “Eppur si muove”, indicando que, a pesar de su retractación forzada, seguía convencido de que la Tierra se movía alrededor del Sol. Aunque no hay pruebas históricas directas de que Galileo realmente pronunciara esas palabras en ese momento, la frase se ha convertido en un símbolo del triunfo de la verdad científica sobre la imposición dogmática.
“Eppur si muove” encapsula la idea de que la realidad objetiva no se ve afectada por la negación o el rechazo de las autoridades. La Tierra seguía girando alrededor del Sol, independientemente de las creencias o de las decisiones de la Iglesia o del poder político. La frase refleja el espíritu del pensamiento científico, que se basa en la observación, la evidencia y la búsqueda de la verdad, en lugar de la conformidad con las creencias establecidas.
El significado más amplio de esta expresión también puede aplicarse a situaciones en las que las personas deben enfrentarse a la censura, la represión o la oposición al pensamiento libre. Representa el coraje de aquellos que, a pesar de las consecuencias, defienden la verdad y el conocimiento en lugar de someterse a la ignorancia o al poder.
La frase “Eppur si muove” simboliza la lucha por la verdad y la libertad intelectual frente a la autoridad y el dogma. El legado de Galileo Galilei, como uno de los pioneros del método científico, destaca la importancia de cuestionar las ideas aceptadas y de basar nuestras creencias en la evidencia. Su historia es un recordatorio de que la verdad tiene una fuerza intrínseca y persiste a pesar de los intentos de suprimirla. Aunque las circunstancias pueden cambiar, la realidad continúa siendo lo que es, “y sin embargo, se mueve”.
Al momento de recordar estos antecedentes históricos, desconozco totalmente el porqué mis tres atrofiadas neuronas, que aún funcionan, pero irregularmente, relacionaron estos hechos con la decisión de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia, ocho de ellos, como se precisó puntualmente, de retomar, en sus pendientes jurisprudenciales, el determinar si los cambios constitucionales sobre la llamada Reforma Judicial fueron realizadas o cumplen en el fondo con nuestro sistema jurídico. ¿Entonces, será que se mueven?