El término emprendedor comúnmente se asocia con el sector privado: un emprendedor es una persona que tiene una idea innovadora o creativa, la cual busca resolver un problema social o una necesidad de las personas; para ello, crean una empresa para ofrecer un bien o un servicio que busca atender dicha problemática. En las últimas décadas, los emprendedores han tomado mayor fuerza debido a los avances tecnológicos y las fuertes inversiones en las llamadas startups. Sin embargo, el Estado y el sector público también pueden ser emprendedores; incluso se puede ir más allá: el emprendimiento, los cambios tecnológicos y las innovaciones requieren necesariamente del Estado, del sector público -o del gobierno en su conjunto- para concretarse.
Retomo estos planteamientos porque la semana pasada la Presidenta Claudia Sheinbaum y algunos integrantes de su Gabinete se reunieron con la Dra. Mariana Mazzucato, profesora de Economía y Directora del Instituto para la Innovación y Propósito Público de la University College London; además de que la doctora participó en otros foros. En dichos encuentros, la Dra. Mazzucato planteó la relevancia de impulsar la innovación, la educación, la tecnología, el desarrollo regional y la industrialización pero con un matiz: dichas políticas deben estar orientadas a garantizar la inclusión, una distribución equitativa de los beneficios y la reducción de las desigualdades.
La Dra. Mazzucato es una pensadora provocadora que a través de sus publicaciones reta a lectores, estudiantes, colegas académicos, así como a líderes políticos y empresariales. En el 2013 publicó el libro El Estado emprendedor, el cual es considerado su libro más emblemático. Una de las ideas cruciales de este libro es que “sin inversiones públicas estratégicas no tendríamos ninguna de las tecnologías de nuestros dispositivos inteligentes, desde internet hasta el GPS o Siri”. Este planteamiento nos lleva a tener una visión positiva del gobierno y del sector público.
En dicho libro la Dra. Mazzucato argumenta que el gobierno y el sector público son actores cruciales para detonar el crecimiento económico basado en la innovación. Hoy, por ejemplo, prácticamente todos conocemos empresas como Apple, Google, Amazon, Microsoft, las cuales están instaladas en lo que se conoce como Silicon Valley en California, Estados Unidos. Antes del boom de estas empresas, hubo un gobierno que tomó riesgos, invirtió y financió áreas estratégicas como educación, ciencia y tecnología, así como investigación y desarrollo. Recordemos que el internet nace de una iniciativa y del financiamiento del gobierno de Estados Unidos para crear una red de comunicación de computadoras llamada ARPANET. Lo mismo sucede en otras áreas como las energías renovables, la biotecnología, la nanotecnología, los viajes al espacio. El gobierno, entonces, establece una dirección para la innovación y el cambio tecnológico, garantizando que los beneficios y el bienestar sea compartido.
Que al inicio del nuevo gobierno se hable de estos temas, me parece una buena señal para contar con un sector público y un sector privado que piensan en grande, que innovan y emprenden.