/ jueves 18 de noviembre de 2021

El compromiso social, un nuevo tema en la agenda trilateral

El 18 de noviembre se llevará a cabo la IX edición de la Cumbre de Líderes de América del Norte en Washington, D. C., en la que los mandatarios de México, Estados Unidos y Canadá se reunirán para conversar sobre los desafíos más importantes para la región. Será un encuentro entre socios, en condiciones de igualdad y respeto.

La noción de América del Norte como región económica se originó con la firma del acuerdo comercial en 1994 (TLCAN). Desde entonces, el intercambio de bienes y servicios ha crecido exponencialmente y se han generado cadenas de valor regionales. En su momento no se especificó la creación de un mecanismo para dar seguimiento al proceso de integración. Fue hasta 2005 cuando se llevó a cabo la primera cumbre entre los presidentes de Estados Unidos y México y el primer ministro canadiense.

Desde 1994, el comercio de México con las dos economías del Tratado con Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ha aumentado más de cinco veces. La Unión Americana siempre ha sido crucial para la economía mexicana, y el TLCAN fue un parteaguas en la relación con Canadá. El intercambio ha crecido más en algunos bienes, por ejemplo, en los últimos 20 años, las exportaciones de productos agroalimentarios de Canadá a México subieron más del 500 por ciento, pero los productos agrícolas de México hacia Canadá lo hicieron casi en un 1000 por ciento.

La inversión extranjera directa, el turismo, las residencias temporales, los intercambios culturales y estudiantes internacionales también han aumentado. Con Canadá establecimos con buenos resultados el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales, que ofrece movilidad muy específica.

En 2005, en la agenda de la primera cumbre entre los tres mandatarios dominó la necesidad de generar una región segura, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Entonces se estableció la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad en América del Norte, que delineó un marco institucional de actuación. En el siguiente encuentro, en 2006, se definieron cinco áreas de cooperación: competitividad global, productos y alimentos seguros, energía sustentable y medio ambiente, fronteras inteligentes y seguras, y preparación y manejo de emergencias.

En 2008 se agregaron los temas de protección de propiedad intelectual y estandarización regulatoria en la industria automotriz. En la cumbre de 2009, en Guadalajara, Jalisco, y ya con la presencia de Barack Obama como presidente de Estados Unidos, se incluyó el tema de manejo de emergencias. En 2012 se discutió sobre cibercrimen, seguridad y combate a las redes criminales. En las cumbres de 2014 y 2016 se identificaron áreas de cooperación en crecimiento económico, seguridad, cambio climático, acuerdos regionales y competitividad.

En comunicaciones de Estados Unidos y México se ha anunciado que en el próximo encuentro del jueves 18 la agenda incluirá el combate a la pandemia por COVID-19 y seguridad sanitaria, que garantice el acceso equitativo a vacunas; competitividad y crecimiento sustentable, en el que se incorpora la importancia de fortalecer las cadenas de suministro para asegurar una recuperación económica más justa tras la pandemia, y una visión regional e integral del flujo migratorio, que contempla apoyos al desarrollo económico de Centroamérica y la propuesta de ampliar el número de visas de trabajo temporales.

Desde la última reunión, en 2016, ha habido cambios fundamentales. En México emprendimos la Cuarta Transformación de la vida pública. El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene la visión de que los conflictos y la migración se deben atender con un enfoque integral, modificando las condiciones que incentivan que las personas se vean obligadas a dejar sus comunidades o a delinquir. Este compromiso social lo ha comunicado el mandatario a sus pares en las interacciones que han tenido. Será un elemento fundamental y novedoso en este encuentro.

Igualmente, ha habido cambios en el escenario internacional. De 2016 a la fecha hemos pasado por una pandemia que inmovilizó las economías y de la que nos estamos recuperando; las nuevas tecnologías son herramientas para el crimen, pero también forman parte de los instrumentos de combate a los delitos, y los flujos migratorios han aumentado por razones sociales, políticas o por fenómenos naturales.

Además, se ha profundizado la necesidad de actuar frente al cambio climático antes de que sea demasiado tarde. Después de la pandemia, es imperativo fortalecer la competitividad de nuestra región; es un momento de diálogo para hacer frente a los retos pospandemia, de manera conjunta, con visión de justicia y entre los tres países, esta vez con la noción del compromiso social, a fin de transformar las condiciones regionales y con el interés por el bienestar de las personas en el centro de las conversaciones.

El 18 de noviembre se llevará a cabo la IX edición de la Cumbre de Líderes de América del Norte en Washington, D. C., en la que los mandatarios de México, Estados Unidos y Canadá se reunirán para conversar sobre los desafíos más importantes para la región. Será un encuentro entre socios, en condiciones de igualdad y respeto.

La noción de América del Norte como región económica se originó con la firma del acuerdo comercial en 1994 (TLCAN). Desde entonces, el intercambio de bienes y servicios ha crecido exponencialmente y se han generado cadenas de valor regionales. En su momento no se especificó la creación de un mecanismo para dar seguimiento al proceso de integración. Fue hasta 2005 cuando se llevó a cabo la primera cumbre entre los presidentes de Estados Unidos y México y el primer ministro canadiense.

Desde 1994, el comercio de México con las dos economías del Tratado con Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ha aumentado más de cinco veces. La Unión Americana siempre ha sido crucial para la economía mexicana, y el TLCAN fue un parteaguas en la relación con Canadá. El intercambio ha crecido más en algunos bienes, por ejemplo, en los últimos 20 años, las exportaciones de productos agroalimentarios de Canadá a México subieron más del 500 por ciento, pero los productos agrícolas de México hacia Canadá lo hicieron casi en un 1000 por ciento.

La inversión extranjera directa, el turismo, las residencias temporales, los intercambios culturales y estudiantes internacionales también han aumentado. Con Canadá establecimos con buenos resultados el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales, que ofrece movilidad muy específica.

En 2005, en la agenda de la primera cumbre entre los tres mandatarios dominó la necesidad de generar una región segura, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Entonces se estableció la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad en América del Norte, que delineó un marco institucional de actuación. En el siguiente encuentro, en 2006, se definieron cinco áreas de cooperación: competitividad global, productos y alimentos seguros, energía sustentable y medio ambiente, fronteras inteligentes y seguras, y preparación y manejo de emergencias.

En 2008 se agregaron los temas de protección de propiedad intelectual y estandarización regulatoria en la industria automotriz. En la cumbre de 2009, en Guadalajara, Jalisco, y ya con la presencia de Barack Obama como presidente de Estados Unidos, se incluyó el tema de manejo de emergencias. En 2012 se discutió sobre cibercrimen, seguridad y combate a las redes criminales. En las cumbres de 2014 y 2016 se identificaron áreas de cooperación en crecimiento económico, seguridad, cambio climático, acuerdos regionales y competitividad.

En comunicaciones de Estados Unidos y México se ha anunciado que en el próximo encuentro del jueves 18 la agenda incluirá el combate a la pandemia por COVID-19 y seguridad sanitaria, que garantice el acceso equitativo a vacunas; competitividad y crecimiento sustentable, en el que se incorpora la importancia de fortalecer las cadenas de suministro para asegurar una recuperación económica más justa tras la pandemia, y una visión regional e integral del flujo migratorio, que contempla apoyos al desarrollo económico de Centroamérica y la propuesta de ampliar el número de visas de trabajo temporales.

Desde la última reunión, en 2016, ha habido cambios fundamentales. En México emprendimos la Cuarta Transformación de la vida pública. El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene la visión de que los conflictos y la migración se deben atender con un enfoque integral, modificando las condiciones que incentivan que las personas se vean obligadas a dejar sus comunidades o a delinquir. Este compromiso social lo ha comunicado el mandatario a sus pares en las interacciones que han tenido. Será un elemento fundamental y novedoso en este encuentro.

Igualmente, ha habido cambios en el escenario internacional. De 2016 a la fecha hemos pasado por una pandemia que inmovilizó las economías y de la que nos estamos recuperando; las nuevas tecnologías son herramientas para el crimen, pero también forman parte de los instrumentos de combate a los delitos, y los flujos migratorios han aumentado por razones sociales, políticas o por fenómenos naturales.

Además, se ha profundizado la necesidad de actuar frente al cambio climático antes de que sea demasiado tarde. Después de la pandemia, es imperativo fortalecer la competitividad de nuestra región; es un momento de diálogo para hacer frente a los retos pospandemia, de manera conjunta, con visión de justicia y entre los tres países, esta vez con la noción del compromiso social, a fin de transformar las condiciones regionales y con el interés por el bienestar de las personas en el centro de las conversaciones.

ÚLTIMASCOLUMNAS