El campo es un sector clave para el país y para nuestro estado, ya que de éste depende alcanzar la soberanía alimentaria y mejorar el desarrollo social de grupos vulnerables. De acuerdo con la STPS, en Zacatecas hay 140 mil personas dedicadas a las actividades agropecuarias, que representan el 21.6% de la población ocupada. Gracias al esfuerzo diario de estos miles de pequeños productores y trabajadores del campo, los alimentos llegan a nuestra mesa.
Sin embargo, sus condiciones de trabajo y productividad no son las óptimas. En la reciente actualización del Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) se informó que durante el primer trimestre (1T) de 2020 Zacatecas tuvo un aumento en sus actividades primarias de 18.17% en comparación con el 1T de 2019. Pero dicha estadística sólo indica un aumento relativo, no en términos netos de largo plazo. Con datos del mismo ITAEE, es mejor considerar el índice de volumen físico que corresponde a la suma de productos de las actividades primarias, y toma como base el año 2013 (considerado 100%). Bajo este parámetro, en el 1T de 2019 obtuvimos sólo 38.1%, y en el 1T de 2020 —incluso con el ya mencionado aumento— alcanzamos sólo 45%, en comparación con la media nacional de 114% en el mismo periodo. Esto significa que en este primer trimestre estuvimos muy por debajo de la productividad a nivel nacional, e incluso por debajo del máximo histórico para el 1T en Zacatecas, que fue de 47% en 2017.
Cabe destacar un comportamiento estadístico particular de Zacatecas: la serie histórica indica que todos los años en el 1T presentamos rendimientos muy bajos y a partir del 3T se observa un notable incremento. Por ejemplo, durante el 3T de 2019 se alcanzó un increíble 153.3%, y seguramente este 2020 se repetirá dicha tendencia. Pero estas variaciones tan bruscas no son necesariamente buenas, sino el resultado de una agricultura ligada fuertemente a ciclos agrarios de temporal, cuya producción se refleja sólo en determinados periodos. En comparación, Guanajuato —una de las entidades líderes en actividades primarias— presenta variaciones mínimas gracias al uso de tecnologías agrícolas que le permiten mantener una producción constante durante todo el año.
Si analizamos el índice de volumen físico anual, en 2018 en Zacatecas obtuvimos 116.2% (comparado con el año base 2013), un resultado acorde al crecimiento nacional y equivalente a 14,215 millones de pesos (en valores constantes). Sin embargo en 2019 tuvimos una fuerte caída y sólo alcanzamos 103.6%, esto es, un retroceso anual de 12 puntos porcentuales correspondiente a una pérdida de 1,540 millones de pesos en el sector primario, mientras que la media nacional se mantuvo en 116.3%; por lo anterior aún no es momento de celebrar. Queda claro que el campo zacatecano es un sector clave pero vulnerable, por lo que nuestros productores merecen apoyos como tecnologías, financiamiento y capacitación, para mejorar su productividad en beneficio de sus familias y de todo Zacatecas.
*Vicepresidente Nacional de Innovación – Canacintra