La violencia de todo tipo, desde verbal hasta asesinatos, que se está presentando en la actual contienda electoral 2024 alcanza niveles preocupantes.
manera de información se tiene que en el régimen de Carlos Salinas de Gortari hubo magnicidios de Luis Donaldo Colosio Murrieta (1950-1994) y José Francisco Ruiz Massieu (1940-1994) que cimbraron fuertemente el sistema político mexicano. En 2024 según datos periodísticos “de junio a la fecha, (son) 52 asesinados en (actual) proceso comicial… se han contabilizado 158 agresiones a aspirantes o personas ligadas a la contienda” (La Jornada, 03/abril/2024). Agreguemos la segunda vertiente de violencia electoral denominada “guerra sucia” que en el proceso electoral del 2012 el PAN introdujo al país con estrategas de mercadotecnia política como el estadounidense Dick Morris y el español Antonio Solá. En este 2024 se lee que “en dos meses, 30 millones de mensajes contra AMLO y Scheinbaum” (La Jornada, 03/abril/2024), pero también en “YouTube” diariamente hay cientos de comentarios muy ofensivos contra la candidata Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz (nacida en 1963), contra los dirigentes nacionales del PAN y PRI; similarmente podemos escribir que hay intervenciones parlamentarias en el Congreso de la Unión (Cámaras de Senadores y Diputados) altamente violentas en formato ofensa y son denigrantes tanto para quien las dice como quien las recibe, pero creo que son más vergonzosas para la ciudadanía pues observamos estridentes y de muy baja calidad moral algunas intervenciones parlamentarias.
Esos son los efectos. Analicemos brevemente las causas.
A partir la reforma electoral diseñada e implementada en 1977 por el brillante priísta politólogo Jesús Reyes Heroles (1921-1985), se dio apertura política a partidos de izquierda y derecha, con ello mayor representación ideológica en el escenario mexicano. Es menester precisar que dicha reforma era necesaria posterior al trágico 2 de octubre 1968 pues nuestro país evolucionó rápidamente en búsqueda de real democracia, desde entonces la madurez del ciudadano mexicano se incrementa, así en elección a presidente de la República de 1988 el pueblo aprendió que era posible un cambio en el rumbo político y económico de México; en la elección del 2000 ya comenzó un interesante proceso de alternancia política con visos de democracia.
Se reitera, paralelamente a ello la madurez política del pueblo mexicano se incrementa paulatinamente, pero desafortunadamente también la violencia electoral que muestra la partidocracia y élites de gran poder económico y político cuando no están dispuestos a perder su poderío. En ámbito contrario está la población humilde que se siente agraviada y hace política con cierto grado de coraje o molestia.
No hay error significativo escribir que el crimen organizado estaría ligado con grupos políticos corruptos.
La violencia electoral debe ser erradicada de todo proceso democrático.