/ jueves 21 de noviembre de 2024

Cuánto hemos cambiado

De acuerdo con datos estadísticos de organizaciones no gubernamentales, investigadores y dependencias gubernamentales tanto nacionales como internacionales muestran que nuestro país ha evolucionado favorablemente en temas como economía, desarrollo humano, desarrollo inmobiliario, desarrollo urbano y comunicaciones. Ello implica que la dinámica económica está en etapa de aceleración. El gran capital mexicano como extranjero confían en invertir en nuestro país y prueba de ello es la cifra histórica de inversión extranjera directa, así como la disminución del desempleo y el incremento de compras en comercios.

Por otro lado, la ciudadanía es cada vez más analítica y emite opinión sobre temas que le impactan. El electorado ya está consciente que con su voto puede desplazar a un grupo político, a un partido o modificar el rumbo del desarrollo local y regional votando por la opción electoral que más le parezca. Esta es una verdadera evolución pues el pueblo sabe que puede cambiar esquemas gubernamentales.

Pero un importante segmento de la población y de la clase política con ideología conservadora parece no entender cualitativa y cuantitativamente dicha evolución, siguen con la idea de preservar su poder bajo una visión solo numérica basada en resultados electorales y con argumentos sustentados en odio y desprecio a lo que no aceptan, incluso sus argumentos muchas veces son mentiras, muy pocos piensan objetivamente o como estrategas sobre las causas estructurales y coyunturales que originaron esta nueva realidad política nacional.

Estos factores: la mejora continua de la dinámica económica asociada al desarrollo humano de la población mexicana; la madurez irreversible de la ciudadanía para ejercer un cambio cuando se lo propone y la parcial incompetencia analítica y parlamentaria de políticos conservadores, son elementos fundamentales para comprender hacia dónde se dirigirá ideológicamente el pueblo mexicano y la naturaleza de peticiones sociales y gubernamentales, apoyos y reclamos definen ahora el tipo de cambio se requieren en la gobernanza y gobernabilidad. De continuar en no comprender aún el sentir ciudadano generan paulatinamente molestia y desencanto hacia ellos, de ahí que varios casos su popularidad u orientación electoral tiende a la baja pues los partidos políticos opositores aún no tienen capacidad de respuesta, no se les observa como contrapeso efectivo y respetuoso, pero si se percibe la actividad discreta y efectiva de una poderosa clase económica nacional e internacional que hace trabajo político basado en la mercadotécnica y presión de invertir en proyectos nacionales para el desarrollo humano sustentable y ser aliado del gobierno federal.

Si la clase gobernante en el poder mantiene su estilo de gestión dando resultados prometidos y esperados entonces tendrán mayor gobernabilidad, ya que la ciudadanía espera continuar con más cambios, no tener una severa crisis del sistema político mexicano pues es mucha la esperanza y expectativa puesta en la clase gobernante según los resultados gubernamentales. En retrospectiva hemos como nación hemos cambiado.


De acuerdo con datos estadísticos de organizaciones no gubernamentales, investigadores y dependencias gubernamentales tanto nacionales como internacionales muestran que nuestro país ha evolucionado favorablemente en temas como economía, desarrollo humano, desarrollo inmobiliario, desarrollo urbano y comunicaciones. Ello implica que la dinámica económica está en etapa de aceleración. El gran capital mexicano como extranjero confían en invertir en nuestro país y prueba de ello es la cifra histórica de inversión extranjera directa, así como la disminución del desempleo y el incremento de compras en comercios.

Por otro lado, la ciudadanía es cada vez más analítica y emite opinión sobre temas que le impactan. El electorado ya está consciente que con su voto puede desplazar a un grupo político, a un partido o modificar el rumbo del desarrollo local y regional votando por la opción electoral que más le parezca. Esta es una verdadera evolución pues el pueblo sabe que puede cambiar esquemas gubernamentales.

Pero un importante segmento de la población y de la clase política con ideología conservadora parece no entender cualitativa y cuantitativamente dicha evolución, siguen con la idea de preservar su poder bajo una visión solo numérica basada en resultados electorales y con argumentos sustentados en odio y desprecio a lo que no aceptan, incluso sus argumentos muchas veces son mentiras, muy pocos piensan objetivamente o como estrategas sobre las causas estructurales y coyunturales que originaron esta nueva realidad política nacional.

Estos factores: la mejora continua de la dinámica económica asociada al desarrollo humano de la población mexicana; la madurez irreversible de la ciudadanía para ejercer un cambio cuando se lo propone y la parcial incompetencia analítica y parlamentaria de políticos conservadores, son elementos fundamentales para comprender hacia dónde se dirigirá ideológicamente el pueblo mexicano y la naturaleza de peticiones sociales y gubernamentales, apoyos y reclamos definen ahora el tipo de cambio se requieren en la gobernanza y gobernabilidad. De continuar en no comprender aún el sentir ciudadano generan paulatinamente molestia y desencanto hacia ellos, de ahí que varios casos su popularidad u orientación electoral tiende a la baja pues los partidos políticos opositores aún no tienen capacidad de respuesta, no se les observa como contrapeso efectivo y respetuoso, pero si se percibe la actividad discreta y efectiva de una poderosa clase económica nacional e internacional que hace trabajo político basado en la mercadotécnica y presión de invertir en proyectos nacionales para el desarrollo humano sustentable y ser aliado del gobierno federal.

Si la clase gobernante en el poder mantiene su estilo de gestión dando resultados prometidos y esperados entonces tendrán mayor gobernabilidad, ya que la ciudadanía espera continuar con más cambios, no tener una severa crisis del sistema político mexicano pues es mucha la esperanza y expectativa puesta en la clase gobernante según los resultados gubernamentales. En retrospectiva hemos como nación hemos cambiado.