Será el sereno o sería un lapsus, pero lo dicho por Xóchitl Gálvez Ruiz acerca de que "hay muy malos priistas con los que no trabajaría como Bartlett o "Alito" o el ahora ex gobernador de Hidalgo, Omar Fayad" ha sido una expresión crítica al dirigente del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, opinión "que se le fue" o resbaló, pero en la que muchos militantes, entre la clase política y la sociedad, coinciden y hasta aplauden, porque consideran que el campechano le ha hecho mucho daño al partido y provocado división y notables desprendimientos.

No obstante, la rectificación de la virtual candidata presidencial del Frente Amplio Opositor, incluida la disculpa pública con abrazo y muestra de afecto, "leñazo dado ni Dios lo quita" y la versión se ha propalado por todos los horizontes, y el propio aludido con el lapsus la perdonó y la calificó como una mujer comprometida e íntegra, que está echada para adelante y en el PRI la van a respaldar con todo para que sea la próxima Presidenta de México, y quedó sellado el mal entendido.

La otra regada de espanto e imperdonable la protagonizaron los ex presidentes Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, porque juntos y en manifiesto público e internacional dieron su apoyo a Javier Milei, el ultraderechista candidato a la Presidencia de Argentina, una postura que alcanza a lesionar a su partido el PAN y a su candidata presidencial porque se identifican con las fuerzas conservadoras que en México se oponen al Presidente Andrés Manuel López Obrador y a quienes éste cotidianamente descalifica. De inmediato las reacciones salieron al aire en contra de los tristemente célebres ex presidentes panistas, a los que piden mejor callar.

En Zacatecas, los efectos del lapsus sobre Alejandro Moreno Cárdenas, no impactan en los secretarios Miguel Alonso Reyes, de Operación Política y Claudia Anaya Mota, de Enlace con los Grupos Vulnerables, ambos en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI, metidos aquí en la estrategia de integración y unidad sobre los distanciados o alejados del comité estatal, José Adolfo Bonilla, Roberto Luévano y algunos ex presidentes, heridas que Carlos Peña Badillo no ha logrado cerrar y más supuran día a día.

Al confirmarse la tercera vía hacia la Presidencia de la República, por el Partido Movimiento Ciudadano, que ha registrado al ex gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda y quien ha señalado que la batalla es con Morena, porque el Frente Amplio Opositor "ya está frito" será impulsado localmente por los diputados federales Amalia Dolores García Medina y Jorge Álvarez Máynez, el dirigente estatal naranja Marco Vinicio Flores. Los líderes del PRI, PAN y PRD, Carlos Peña Badillo, Verónica Alamillo Ortiz y Enrique Laviada Cirerol, junto al dirigente del Frente Cívico, Arnulfo Joel Correa Chacón, tendrá que asumir pronto su recomposición estratégica, porque bien saben que la fuerza naranja les reducirá margen de votos, lo que influirá en favor de Morena y sus candidatos.

Se notan lentos y faltos de emoción, nada que ver con el vigoroso entusiasmo que acaba de relanzar Xóchitl Gálvez Ruiz en el Monumento a la Revolución, al referir la esencia del discurso de Luis Donaldo Colosio Murrieta: "México todavía tiene hambre y sed de Justicia." ¿Acaso se van a sentar a esperar la derrota?