Hoy, en el 114 aniversario de la Revolución Mexicana el abanderado de este movimiento histórico, el Partido Revolucionario Institucional vive un proceso de extinción que parece incontenible, casi nada queda de aquel poderoso y hegemónico PRI, que "fue una institución política con muy sólidos cimientos" como en algún momento así lo exaltó Enrique Flores Mendoza y que ahora se advierte endeble, debilitado y acabado por los efectos de la corrupción, la confrontación interna, la degradación del quehacer político y la traición a los principios e ideología de la Revolución Mexicana, que desde 1929 como Partido Nacional Revolucionario y hasta 2018, se ostentó como la gran supremacía política.
Innegables sus aportaciones al país a través de instituciones democráticas que han permanecido firmes y como baluartes del pueblo mexicano, sus etapas evolutivas como Partido de la Revolución Mexicana hasta Partido Revolucionario Institucional, ha sido un sucesión de generaciones de una clase política que tras ser ejemplar de honestidad y de vocación revolucionaria, su decadencia hoy se ilustra por las históricas derrotas, primero en la alternancia del PAN en 2000 y ahora en 2018 y 2024 ante Morena y sus aliados del PT y Verde Ecologista.
Más de cuatro ex priístas lo presumen, "que en paz descanse la Revolución", ahora convertidos en morenistas ya lo entierran para abrir horizontes a la cuarta transformación, hoy en su fase de segundo piso, que supone levantarse sobre los cimientos de un sólido primer piso afianzado en el sexenio anterior por Andrés Manuel López Obrador, un reconocido y combativo ex priista allá en su tierra Tabasco, donde ahora dice refugiarse y apartarse de la política y de hecho, ya no hay quienes ostenten la plena vigencia, porque la actual dirigencia nacional de Alejandro Moreno Cárdenas "Alito" hace de todo por ahondar la tumba y lo refunde para evitar la resurrección.
Solo quedan inolvidables y en la historia política del país las etapas de gloria de Lázaro Cárdenas, Adolfo López Mateos, Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y Luis Donaldo Colosio. Fueron precisamente el fraude de 1988 contra Cuauhtémoc Cárdenas y el asesinato de Luis Donaldo Colosio, los inicios de la debacle nacional, como aquí los perredistas Ricardo Monreal Ávila y Amalia García Medina, lo redujeron a su mínima expresión, hasta el gran rescate y hazaña de Miguel Alonso Reyes, el gobernador que nunca perdió una elección de diputados, senadores o municipalista e hizo de Zacatecas el primer estado priista del país, un orgullo sin vestigios.
Imposible no registrar a los notables priístas zacatecanos que elevaron el prestigio y los poderes del Partido Revolucionario Institucional, desde Leobardo Reynoso, Francisco E. García, José Rodriguez Elías, Pedro Ruiz González, Fernando Pámanes Escobedo, José Guadalupe Cervantes, Genaro Borrego Estrada, quien fue Presidente Nacional del PRI; Pedro de León Sánchez, Arturo Romo Gutiérrez, hasta Miguel Alonso Reyes, figuras que en su momento engrandecieron a su partido hoy extraviado y muy apenas aferrado a su alianza con el Partido Acción Nacional, que al parecer es la única fuerza opositora de contundencia y con viabilidad a la reconstrucción y restauración de fuerzas para elevar competitividad ante la supremacía política y constitucional del Morena de Claudia Sheinbaum Pardo.
Hoy, en el 114 aniversario de la Revolución Mexicana el abanderado de este movimiento histórico, el Partido Revolucionario Institucional vive un proceso de extinción que parece incontenible, casi nada queda de aquel poderoso y hegemónico PRI, que "fue una institución política con muy sólidos cimientos" como en algún momento así lo exaltó Enrique Flores Mendoza y que ahora se advierte endeble, debilitado y acabado por los efectos de la corrupción, la confrontación interna, la degradación del quehacer político y la traición a los principios e ideología de la Revolución Mexicana, que desde 1929 como Partido Nacional Revolucionario y hasta 2018, se ostentó como la gran supremacía política.
Innegables sus aportaciones al país a través de instituciones democráticas que han permanecido firmes y como baluartes del pueblo mexicano, sus etapas evolutivas como Partido de la Revolución Mexicana hasta Partido Revolucionario Institucional, ha sido un sucesión de generaciones de una clase política que tras ser ejemplar de honestidad y de vocación revolucionaria, su decadencia hoy se ilustra por las históricas derrotas, primero en la alternancia del PAN en 2000 y ahora en 2018 y 2024 ante Morena y sus aliados del PT y Verde Ecologista.
Más de cuatro ex priístas lo presumen, "que en paz descanse la Revolución", ahora convertidos en morenistas ya lo entierran para abrir horizontes a la cuarta transformación, hoy en su fase de segundo piso, que supone levantarse sobre los cimientos de un sólido primer piso afianzado en el sexenio anterior por Andrés Manuel López Obrador, un reconocido y combativo ex priista allá en su tierra Tabasco, donde ahora dice refugiarse y apartarse de la política y de hecho, ya no hay quienes ostenten la plena vigencia, porque la actual dirigencia nacional de Alejandro Moreno Cárdenas "Alito" hace de todo por ahondar la tumba y lo refunde para evitar la resurrección.
Solo quedan inolvidables y en la historia política del país las etapas de gloria de Lázaro Cárdenas, Adolfo López Mateos, Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez y Luis Donaldo Colosio. Fueron precisamente el fraude de 1988 contra Cuauhtémoc Cárdenas y el asesinato de Luis Donaldo Colosio, los inicios de la debacle nacional, como aquí los perredistas Ricardo Monreal Ávila y Amalia García Medina, lo redujeron a su mínima expresión, hasta el gran rescate y hazaña de Miguel Alonso Reyes, el gobernador que nunca perdió una elección de diputados, senadores o municipalista e hizo de Zacatecas el primer estado priista del país, un orgullo sin vestigios.
Imposible no registrar a los notables priístas zacatecanos que elevaron el prestigio y los poderes del Partido Revolucionario Institucional, desde Leobardo Reynoso, Francisco E. García, José Rodriguez Elías, Pedro Ruiz González, Fernando Pámanes Escobedo, José Guadalupe Cervantes, Genaro Borrego Estrada, quien fue Presidente Nacional del PRI; Pedro de León Sánchez, Arturo Romo Gutiérrez, hasta Miguel Alonso Reyes, figuras que en su momento engrandecieron a su partido hoy extraviado y muy apenas aferrado a su alianza con el Partido Acción Nacional, que al parecer es la única fuerza opositora de contundencia y con viabilidad a la reconstrucción y restauración de fuerzas para elevar competitividad ante la supremacía política y constitucional del Morena de Claudia Sheinbaum Pardo.