En medio del efecto Sheinbaum y del impacto Xóchitl, fenómenos políticos que ya reflejan un escenario a polarizar y de confrontación, hoy transcurre el segundo informe de resultados del gobierno de David Monreal Ávila, la evaluación del primer tercio de la nueva gobernanza, que debe asumir la fuerza del Humanismo Mexicano del presidente Andrés Manuel López Obrador, para que ascienda exitoso por encima de los acontecimientos electorales, porque de lo que se trata es de fortalecer el ejercicio gubernamental hacia el cumplimiento de las grandes expectativas que se ha trazado, de paz, bienestar y progreso, y convencer al pueblo de que se va por buen camino.
Sin duda, los objetivos lanzados no sólo son formidables, sino que son tremendos y alcanzarlos será histórica hazaña, una urgencia que tiene que superar los desafíos de la violencia, los retos de la inseguridad y las condiciones de atraso económico que impiden el desarrollo integral e integrador que se ha prometido y que solo será posible con la creatividad, eficiencia y resultados de un equipo y gabinete que desenvuelva cualidades óptimas en la pasión por servir a Zacatecas y trabajar con intensidad y cotidianos aciertos generadores de mayor confianza y credibilidad de la sociedad y los ciudadanos, porque la verdad sea dicha, Secretarios claves en el compromiso de progreso, han quedado a deber a los zacatecanos y han fallado al gobernante, que desde un principio convocó a trabajar con humildad, pero con plena entrega hasta sacar al estado del estancamiento.
Las potencialidades políticas y gubernamentales en el segundo año de gobierno, no tienen que ser un supuesto sino auténtica realidad traducida en hechos, porque la nueva etapa que se vive en la Cuarta Transformación, debe ser de exigencias a todos los funcionarios del primero y segundo nivel y a todos los trabajadores, para efectivamente hacer historia que deje atrás y en el olvido las negativas percepciones de inseguridad y el conjunto de rezagos y retrocesos que tienen a Zacatecas en el deterioro y en contraste con la modernidad y desarrollo de los estados en el entorno y la región, de manera que la emergencia social reclama respuestas de crecimiento y fortalecimiento del desarrollo cultural, turístico y económico.
Las expectativas económicas y culturales que se han de alcanzar a través de la paz, el bienestar y progreso, tienen que ser más alentadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, con verdadero respaldo al estado y los 58 municipios o de lo contrario, el costo será la pérdida de votos a Morena, sus aliados y Claudia Sheinbaum Pardo, la nueva coordinadora de la defensa de la Cuarta Transformación, virtual candidata presidencial; y a propósito, sin duda habrá expresiones y ovaciones a ella desde las tribunas y desde la sociedad.
Se han visto segundos años de gobierno que han edificado enorme poderío político y social y para no ir tan lejos, cabe recordar aquel segundo año del gobierno de Ricardo Monreal Ávila, que se erigió como modelo de gobierno progresista de izquierda, cuyo éxito y trascendencia se demostró con el lanzamiento de la organización Epicentro 2000, la promoción del mandatario como aspirante a la Presidencia de la República. Es pues el segundo año de gobierno, la etapa de oportunidades para acumular fuerzas y construir soluciones a los graves problemas del estado, a fin de consolidar legitimidad, lograr la estabilidad, recuperar la paz y tranquilidad, y asumir con fuerza las riendas del estado con un nuevo y vigoroso equipo, un reclamo que a diario se escucha entre los zacatecanos y la sociedad.
