/ miércoles 9 de octubre de 2024

Crónica del poder / Resurge entre gobernantes y legisladores el llamado a la reconciliación

Resulta un comportamiento normal que tengamos que reconocer y celebrar que en el escenario nacional destacan los políticos zacatecanos, porque contar con 19 legisladores federales, en el Senado y la Cámara de Diputados, con amplia representación, autoridad moral y calidad política, no es cualquier caso ni es casual, son un colectivo de notables, unos más otros menos, pero que intentan ser actores y protagonistas en ésta etapa de la cuarta transformación, la edificación del segundo piso de este movimiento convertido en fenómeno político incontenible y dominante, ahora bajo el liderazgo de una mujer científica morenista, Claudia Sheinbaum Pardo.

En efecto, éste es tiempo de las mujeres, ya lo dijo la Presidenta, "llegamos todas" y de pronto el escenario se pinta con expresiones de todos colores y en medio de los estallidos de libertad de expresión desde la oposición, como era previsible por su combatividad e inteligencia política, ya lejos de las estructuras arcaicas en las que el machismo permanecía en todas las sopas, sobresale la ex gobernadora Amalia García Medina, ahora Senadora de la República, para desde la plataforma del Partido Movimiento Ciudadano, llamar a la Presidenta Sheinbaum a "lograr la reconciliación del país" mediante el diálogo y la inclusión de todas las expresiones políticas.

Ciertamente, "ante la situación del país, donde parece que muchas cosas se están desmoronando" será una lástima que, si se actúa con inteligencia gubernamental, entre ellas no se escuchen ni se atiendan para ser consecuentes con su trayectoria de luchas universitarias como en el 68 o por los derechos de las mujeres con equidad de género y más cuando ambas han interpretado el gesto presidencial en la toma de posesión del primero de octubre, cuando Claudia Sheinbaum Pardo, abandonó los resabios de encono o de meras diferencias y plantó un respetuoso saludo a la Ministra Norma Piña, la Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ante los ojos de toda la clase política nacional, una imagen que de inmediato se extendió como señal de cambio en la disposición y voluntad de diálogo.

Amalia García Medina propone impulso a la reconciliación nacional, que si hacemos una interpretación optimista, se trata de un claro indicio de madurez política entre la gobernante y la legisladora; más todavía, si recordamos los tiempos de la campaña presidencial reciente de las famosas corcholatas, el mensaje más insistente en el discurso del también zacatecano y ex gobernador Ricardo Monreal Ávila, enfatizó la urgencia porque todas las fuerzas políticas asumen un auténtico proceso de reconciliación nacional, concepto que le viene desde la conquista de la gubernatura de Zacatecas en el 98 y que no duda en continuar promoviendo en su nuevo papel de liderazgo legislativo.

El venenoso vicio de la intolerancia y las descalificaciones debe desaparecer si existe una verdadera civilidad democrática y renovada cultura política y dar paso a un cambio de actitud con toda franqueza, realismo y voluntad entre las instituciones estatal y municipales, porque será un desgaste destructivo de retroceso, que entre el gobernante David Monreal Ávila, Miguel Varela Pinedo, Javier Torres Rodriguez, Miguel Alonso Reyes, Noemí Berenice Luna Ayala y Amalia García Medina, no exista el entendimiento o la más leve voluntad de diálogo. Grave.

Resulta un comportamiento normal que tengamos que reconocer y celebrar que en el escenario nacional destacan los políticos zacatecanos, porque contar con 19 legisladores federales, en el Senado y la Cámara de Diputados, con amplia representación, autoridad moral y calidad política, no es cualquier caso ni es casual, son un colectivo de notables, unos más otros menos, pero que intentan ser actores y protagonistas en ésta etapa de la cuarta transformación, la edificación del segundo piso de este movimiento convertido en fenómeno político incontenible y dominante, ahora bajo el liderazgo de una mujer científica morenista, Claudia Sheinbaum Pardo.

En efecto, éste es tiempo de las mujeres, ya lo dijo la Presidenta, "llegamos todas" y de pronto el escenario se pinta con expresiones de todos colores y en medio de los estallidos de libertad de expresión desde la oposición, como era previsible por su combatividad e inteligencia política, ya lejos de las estructuras arcaicas en las que el machismo permanecía en todas las sopas, sobresale la ex gobernadora Amalia García Medina, ahora Senadora de la República, para desde la plataforma del Partido Movimiento Ciudadano, llamar a la Presidenta Sheinbaum a "lograr la reconciliación del país" mediante el diálogo y la inclusión de todas las expresiones políticas.

Ciertamente, "ante la situación del país, donde parece que muchas cosas se están desmoronando" será una lástima que, si se actúa con inteligencia gubernamental, entre ellas no se escuchen ni se atiendan para ser consecuentes con su trayectoria de luchas universitarias como en el 68 o por los derechos de las mujeres con equidad de género y más cuando ambas han interpretado el gesto presidencial en la toma de posesión del primero de octubre, cuando Claudia Sheinbaum Pardo, abandonó los resabios de encono o de meras diferencias y plantó un respetuoso saludo a la Ministra Norma Piña, la Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ante los ojos de toda la clase política nacional, una imagen que de inmediato se extendió como señal de cambio en la disposición y voluntad de diálogo.

Amalia García Medina propone impulso a la reconciliación nacional, que si hacemos una interpretación optimista, se trata de un claro indicio de madurez política entre la gobernante y la legisladora; más todavía, si recordamos los tiempos de la campaña presidencial reciente de las famosas corcholatas, el mensaje más insistente en el discurso del también zacatecano y ex gobernador Ricardo Monreal Ávila, enfatizó la urgencia porque todas las fuerzas políticas asumen un auténtico proceso de reconciliación nacional, concepto que le viene desde la conquista de la gubernatura de Zacatecas en el 98 y que no duda en continuar promoviendo en su nuevo papel de liderazgo legislativo.

El venenoso vicio de la intolerancia y las descalificaciones debe desaparecer si existe una verdadera civilidad democrática y renovada cultura política y dar paso a un cambio de actitud con toda franqueza, realismo y voluntad entre las instituciones estatal y municipales, porque será un desgaste destructivo de retroceso, que entre el gobernante David Monreal Ávila, Miguel Varela Pinedo, Javier Torres Rodriguez, Miguel Alonso Reyes, Noemí Berenice Luna Ayala y Amalia García Medina, no exista el entendimiento o la más leve voluntad de diálogo. Grave.