Definitivamente, desde el primero de octubre los mexicanos participamos en un proceso de transición democrática inusitado como inédito, porque el relevo de Andrés Manuel López Obrador por Claudia Sheinbaum Pardo en la Presidencia de la República, ha sido un verdadero ensamble o engranaje como vigorosa continuidad en todos los temas, dos comportamientos políticos plenamente identificados, hegemonía política morenista que como la hegemonica priista son y han sido protocolariamente previsibles, las mismas estrategias de movilización, el itinerario igual, la agenda similar, las dolorosas despedidas, las emociones en la sublimación del poder, algarabía, felicidad colectiva.
La semejanza de los cambios no es sorprendente, recordemos como Genaro Borrego Estrada salto a la dirigencia nacional del PRI desde la gubernatura de Zacatecas; ahora la gente observa cómo Luisa María Alcalde brinca de la Secretaría de Gobernación a la dirigencia nacional del partido Morena, o sea, el 30 de septiembre era la titular de Gobernación y al día siguiente la Presidenta de Morena; igual con Mario Delgado, que de la dirigencia de Morena transitó a la Secretaría de Educación Pública, el acontecer de las hegemonías cuando el poder todo lo puede y demuestran llegar a la cima enmascarados de respaldo popular, aunque bien se sabe que han sido y son burda imposición.
Lo importante ahora en este nuevo escenario nacional marcado por el arranque de la construcción del segundo piso, no confundir con el viaducto elevado, etapa que desde el primero de octubre conduce la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, será ubicar a los políticos zacatecanos en el entorno de la cuarta transformación allá por el Palacio Nacional y el Congreso de la Unión, porque como se ha dicho en el nuevo discurso presidencial, se actuará bajo los principios de la 4T, no robar, no mentir y no traicionar, pero además y así se escucho antier, honestidad, humildad, transparencia, conciliación y diálogo con todas y todos, sin distinción ni discriminación, y aplican para Zacatecas.
Desde el lunes de transición presidencial, se observó a Ricardo Monreal Ávila, atento en todo con elevada sensibilidad, meticuloso hasta en el cuidado a Ifigenia Martínez que casi desvanece; David Monreal Ávila opinó que Claudia Sheinbaum servirá con amor, orgullo y lealtad al pueblo mexicano; el diputado Alfonso Ramírez Cuéllar, Vicecoordinador de la bancada morenista, aseguró que el segundo piso de la 4T va por una nueva constitucionalidad y adelantó que el presupuesto 2025 será de 10 billones de pesos, o sea, que el riogense muy cercano a la Presidenta, será de los operadores en la distribución presupuestal a los estados, lo que debe aprovechar el gobernador David Monreal Ávila.
Otra distinción es Catalina Monreal Pérez, designada por la Presidenta, Directora del Instituto Nacional de la Economía Social.
Otros actores políticos al lado de la Presidenta, fueron el senador Saúl Monreal Ávila que llevó a notable grupo de acompañamiento para la recepción en el Palacio Legislativo y luego en la multitudinaria concentración del zócalo; el diputado federal Ulises Mejía Haro acompañó a la Presidenta Sheinbaum en su salida del pleno legislativo tras tomar protesta; y al diputado federal Reginaldo Sandoval, se le vió cercano al ahora ex Presidente Andrés Manuel López Obrador. A los diputados de oposición Miguel Alonso Reyes y Noemí Berenice Luna Ayala, se les vió hacer el vacío en la sesión, abandonaron el recinto como protesta. Importa que todos sean protagonistas principales.
