/ miércoles 4 de septiembre de 2024

Crónica del poder / Los aires de justicia deben sentirse sobre Zacatecas

Plenamente confiado en haber alcanzado una popularidad del 72 por ciento al final de su sexenio, en el último informe del domingo primero de septiembre, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, exhibió poder y autoridad al señalar que Claudia Sheinbaum Pardo resolverá los pendientes que deja a los mexicanos y pronto, los zacatecanos advierten que efectivamente al estado le queda debiendo y que se registran pendientes o incumplimientos, como la presa de Milpillas, la autopista a Aguascalientes y la federalización de la nómina magisterial, acciones en los que la propia Presidenta electa ya se comprometió a proceder y responder a los zacatecanos.

Aunque del dicho al hecho todavía hay un largo trecho, la gente que ya está harta de sueños, esperanzas y promesas, sí esperan esa realidad que promete cambios cualitativos, una marcada transformación que seguramente abrirá nuevos derroteros al desarrollo social, al crecimiento económico y a la normalidad administrativa y financiera, y claro que será un grave error pensar que otra vez todo quede en tentativa.

Desde luego que no sorprende la tenacidad presidencial actual y observar cómo anticipadamente se demuestra que habrá continuidad de la cuarta transformación, que el segundo piso será edificado por la nueva Presidenta y que el gobierno estatal de David Monreal Ávila, tendrá que ajustarse hasta armonizar con las estrategias de planeación, presupuestación y ejecución de obras ocultas por enterradas o elevadas y al aire, como el trazado Viaducto Elevado de 3 kilómetros y medio por el bulevar López Mateos, desde la Unidad Académica de Minas hasta el complejo vial frente al Hotel Parador Zacatecas. Continuidad pues, no continuismo, que políticamente hablando, no son lo mismo.

La frenética carrera verbal por el desarrollo con bienestar tiene que extenderse y multiplicarse para los próximos 3 años, la segunda mitad del sexenio de la nueva gobernanza a partir del próximo domingo 8 de septiembre, cuando Monreal, seguramente con los acuerdos ya alcanzados con el Presidente López Obrador, la Presidenta Sheinbaum Pardo y el Secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, anunciará recursos presupuestarios suficientes, que serán aprobados en la Cámara de Diputados, por el impulso que darán los 13 diputados federales liderados por sus coordinadores Ricardo Monreal Ávila, Carlos Puente Salas, Noemí Berenice Luna Ayala y Alfonso Ramírez Cuéllar.

Si el legado de Andrés Manuel López Obrador no puede ser negado, mucho menos el compromiso de Claudia Sheinbaum Pardo se pondrá en duda por los zacatecanos, como no deben prolongarse los cambios y relevos anunciados para el gabinete gubernamental del estado, que se debe fortalecer con cuadros más confiables por capaces y aptos para vencer los desafíos y alcanzar las metas, que se tiene que revitalizar con figuras de calidad moral, autoridad profesional y probada honestidad, una revaloración que le urge para que efectivamente sea llamada la nueva gobernanza, de manera que la población no pierda el rumbo que desde hace 3 años le fue trazado como compromisos de progreso.

Esos aires de justicia de los que habla David Monreal Ávila sobre Zacatecas, tienen que cumplirse y hacerlos realidad, para que el estado no sea más un testimonio del abandono presupuestario y del regateo de recursos para su crecimiento y desarrollo. No más, nunca más.

Plenamente confiado en haber alcanzado una popularidad del 72 por ciento al final de su sexenio, en el último informe del domingo primero de septiembre, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, exhibió poder y autoridad al señalar que Claudia Sheinbaum Pardo resolverá los pendientes que deja a los mexicanos y pronto, los zacatecanos advierten que efectivamente al estado le queda debiendo y que se registran pendientes o incumplimientos, como la presa de Milpillas, la autopista a Aguascalientes y la federalización de la nómina magisterial, acciones en los que la propia Presidenta electa ya se comprometió a proceder y responder a los zacatecanos.

Aunque del dicho al hecho todavía hay un largo trecho, la gente que ya está harta de sueños, esperanzas y promesas, sí esperan esa realidad que promete cambios cualitativos, una marcada transformación que seguramente abrirá nuevos derroteros al desarrollo social, al crecimiento económico y a la normalidad administrativa y financiera, y claro que será un grave error pensar que otra vez todo quede en tentativa.

Desde luego que no sorprende la tenacidad presidencial actual y observar cómo anticipadamente se demuestra que habrá continuidad de la cuarta transformación, que el segundo piso será edificado por la nueva Presidenta y que el gobierno estatal de David Monreal Ávila, tendrá que ajustarse hasta armonizar con las estrategias de planeación, presupuestación y ejecución de obras ocultas por enterradas o elevadas y al aire, como el trazado Viaducto Elevado de 3 kilómetros y medio por el bulevar López Mateos, desde la Unidad Académica de Minas hasta el complejo vial frente al Hotel Parador Zacatecas. Continuidad pues, no continuismo, que políticamente hablando, no son lo mismo.

La frenética carrera verbal por el desarrollo con bienestar tiene que extenderse y multiplicarse para los próximos 3 años, la segunda mitad del sexenio de la nueva gobernanza a partir del próximo domingo 8 de septiembre, cuando Monreal, seguramente con los acuerdos ya alcanzados con el Presidente López Obrador, la Presidenta Sheinbaum Pardo y el Secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, anunciará recursos presupuestarios suficientes, que serán aprobados en la Cámara de Diputados, por el impulso que darán los 13 diputados federales liderados por sus coordinadores Ricardo Monreal Ávila, Carlos Puente Salas, Noemí Berenice Luna Ayala y Alfonso Ramírez Cuéllar.

Si el legado de Andrés Manuel López Obrador no puede ser negado, mucho menos el compromiso de Claudia Sheinbaum Pardo se pondrá en duda por los zacatecanos, como no deben prolongarse los cambios y relevos anunciados para el gabinete gubernamental del estado, que se debe fortalecer con cuadros más confiables por capaces y aptos para vencer los desafíos y alcanzar las metas, que se tiene que revitalizar con figuras de calidad moral, autoridad profesional y probada honestidad, una revaloración que le urge para que efectivamente sea llamada la nueva gobernanza, de manera que la población no pierda el rumbo que desde hace 3 años le fue trazado como compromisos de progreso.

Esos aires de justicia de los que habla David Monreal Ávila sobre Zacatecas, tienen que cumplirse y hacerlos realidad, para que el estado no sea más un testimonio del abandono presupuestario y del regateo de recursos para su crecimiento y desarrollo. No más, nunca más.