Las batallas legislativas por la aprobación de las reformas al Poder Judicial y la extinción de los organismos autónomos, que más que propiciar un debate entre iguales, ha sido una exhibición de la inmensa potencialidad política de los partidos en el poder, Morena y sus aliados de los Partidos del Trabajo y el Verde Ecologista, debates de victorias anunciadas y anticipadas con resultados apabullantes que ya ilustran la nueva hegemonía de la cuarta transformación, de efectos incontenibles que se derivan hacia los horizontes estatales y municipales, escenarios en los que tienen que incidir con gran impacto para que se reafirmen credibilidad y confianza sobre temas tan confusos que por lo pronto siembran incertidumbre.
En estas luchas parlamentarias la oposición se ha visto reducida y con pocas voces de contundencia; sin embargo, no dejan de ser una vigorosa hazaña para que en cada caso sean registradas las abismales diferencias y la firme convicción de adversarios decididos a mantener cuestionamientos, protestas y manifestaciones de denuncia para que la sociedad reconozca los cambios legislativos como atentados a las libertades democráticas y autonómicas. Aunque débiles, las expresiones de panistas, priístas, perredistas, hasta del Movimiento Ciudadano, ya se atisban acercamientos y estrechamiento de distancias para que sea ampliada la fuerza opositora.
Consecuencia sui géneris ya se extiende por Zacatecas, porque los llamados desde Palacio Nacional para que sus legisladores sean explícitos y orientadores ante la sociedad acerca de las reformas, han generado la gran oportunidad para que aspirantes a la gubernatura aprovechen los escenarios en la promoción y consolidación de sus figuras políticas y aspiraciones de poder. Es el caso del senador Saúl Monreal Ávila, que promueve reuniones a través de su estructura municipalista para extender los mensajes de claridad para lograr el entendimiento y la comprensión popular sobre las transformaciones y cambios legislativos; el diputado Ulises Mejía Haro es otro apasionado difusor de la veracidad reformista y sus favorables efectos en el bienestar de la población, de sus representados en el tercer distrito.
Esa pretensión tiene el diputado federal Alfonso Ramírez Cuéllar, con la creación de su movimiento Construyendo el Segundo Piso de la Transformación, obvio respaldo a la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, pero también implícito el objetivo político que su equipo de promotores y activistas ya edifican por todo el estado; el también diputado federal José Narro Céspedes "no da un paso sin huarache" e insiste perseverante en adjudicarse avances legislativos allá; y localmente, el liderazgo del diputado Alfredo Femat Bañuelos se hace sentir en la Legislatura a través de reformas de impacto social y político entre los zacatecanos. Todos están en el juego de la sucesión 2027.
En otras palabras, estos aspirantes a la gubernatura ya protagonizan debate a distancia y sobre los municipios, como se ha estilado a través de los sexenios, algunos con la cómoda versión de ser perfilados desde Palacio Nacional o desde sus partidos en el poder, pero encarando la pasmosa pasividad de la gente que nomás no entra en la claridad e interpretación de los cambios y transformaciones por las reformas.
Las batallas legislativas por la aprobación de las reformas al Poder Judicial y la extinción de los organismos autónomos, que más que propiciar un debate entre iguales, ha sido una exhibición de la inmensa potencialidad política de los partidos en el poder, Morena y sus aliados de los Partidos del Trabajo y el Verde Ecologista, debates de victorias anunciadas y anticipadas con resultados apabullantes que ya ilustran la nueva hegemonía de la cuarta transformación, de efectos incontenibles que se derivan hacia los horizontes estatales y municipales, escenarios en los que tienen que incidir con gran impacto para que se reafirmen credibilidad y confianza sobre temas tan confusos que por lo pronto siembran incertidumbre.
En estas luchas parlamentarias la oposición se ha visto reducida y con pocas voces de contundencia; sin embargo, no dejan de ser una vigorosa hazaña para que en cada caso sean registradas las abismales diferencias y la firme convicción de adversarios decididos a mantener cuestionamientos, protestas y manifestaciones de denuncia para que la sociedad reconozca los cambios legislativos como atentados a las libertades democráticas y autonómicas. Aunque débiles, las expresiones de panistas, priístas, perredistas, hasta del Movimiento Ciudadano, ya se atisban acercamientos y estrechamiento de distancias para que sea ampliada la fuerza opositora.
Consecuencia sui géneris ya se extiende por Zacatecas, porque los llamados desde Palacio Nacional para que sus legisladores sean explícitos y orientadores ante la sociedad acerca de las reformas, han generado la gran oportunidad para que aspirantes a la gubernatura aprovechen los escenarios en la promoción y consolidación de sus figuras políticas y aspiraciones de poder. Es el caso del senador Saúl Monreal Ávila, que promueve reuniones a través de su estructura municipalista para extender los mensajes de claridad para lograr el entendimiento y la comprensión popular sobre las transformaciones y cambios legislativos; el diputado Ulises Mejía Haro es otro apasionado difusor de la veracidad reformista y sus favorables efectos en el bienestar de la población, de sus representados en el tercer distrito.
Esa pretensión tiene el diputado federal Alfonso Ramírez Cuéllar, con la creación de su movimiento Construyendo el Segundo Piso de la Transformación, obvio respaldo a la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, pero también implícito el objetivo político que su equipo de promotores y activistas ya edifican por todo el estado; el también diputado federal José Narro Céspedes "no da un paso sin huarache" e insiste perseverante en adjudicarse avances legislativos allá; y localmente, el liderazgo del diputado Alfredo Femat Bañuelos se hace sentir en la Legislatura a través de reformas de impacto social y político entre los zacatecanos. Todos están en el juego de la sucesión 2027.
En otras palabras, estos aspirantes a la gubernatura ya protagonizan debate a distancia y sobre los municipios, como se ha estilado a través de los sexenios, algunos con la cómoda versión de ser perfilados desde Palacio Nacional o desde sus partidos en el poder, pero encarando la pasmosa pasividad de la gente que nomás no entra en la claridad e interpretación de los cambios y transformaciones por las reformas.