/ lunes 2 de septiembre de 2024

Crónica del poder / La sociedad movilizada con su presidente, las tradiciones y sus luchas

Ayer, un día muy revolucionado y más por la sociedad, los partidos y sus crisis con corruptelas, están quedando atrás sean los del poder hegemónico o los de oposición, caminan por la misma ruta de la descomposición. Nuestra capacidad de comprensión para medir las dimensiones cada día más se sorprende, se registran sucesos que por formidables y emotivos, registran momentos históricos y otros para el olvido porque decepcionan, no convencen, aunque no dejan de insistir para que en elgún momento alcancen la cima de su fuerza y rascar realidad a sus objetivos y metas. Lo importante es que los ciudadanos, más conscientes e informados construyen la nueva sociedad.

En el zócalo de la Ciudad de México ayer se sintió un sentimiento nostálgico tan acendrado que será memorable, el Presidente Andrés Manuel López Obrador recibió quizá su último baño popular al rendir el último informe de su gobierno de la Cuarta Transformación, la concentración otra vez no admite restarle méritos, la gente estuvo entregada en todo momento y cada instante del discurso, a la fidelidad y lealtad a quien a diario ocupó las coberturas de prensa y noticieros y en las redes sociales, demostrando una implacable voluntad y una insaciable pasión por comunicar sus ejercicios y hechos de poder político y gubernamental.

Los testigos llegaron de todos los horizontes del país, de Zacatecas ahí se conjuntaron desde David Monreal Ávila y sus hermanos Ricardo, el líder legislativo de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política en la Cámara de Diputados; y el ya portador de sus credenciales como nuevo Senador de la República, Saúl Monreal Ávila; obvio que los notables de Río Grande, Rocío Nahle García, la gobernadora de Veracruz y Alfonso Ramírez Cuéllar, el vice coordinador de la bancada morenista, se mostraron en la conducción de sus huestes, que ahora van a refrendar convicciones y lealtades a Claudia Sheinbaum Pardo, que el primero de octubre asume la Presidencia.

Imposible ignorar las ardientes y ordenadas movilizaciones de los ministros, magistrados y jueces del Poder Judicial, que con el respaldo de la marea rosa, el frente cívico nacional y las fuerzas de oposición, no ceden en sus pronunciamientos y manifestaciones contra las reformas judiciales que a decir de la consigna desde Palacio Nacional, esta semana serán aprobadas por las mayorías calificadas en el Senado y la Cámara de Diputados, una efervescencia social y política que ya traza definiciones hacia la modernización del quehacer político y popular.

No se pueden omitir en Zacatecas, la tremenda marcha y expresión tradicional de las Morismas de Bracho, más de 30 mil personas en familia, desde las lomas bajaron como incontenible torrente humano por las calles y avenidas de la capital del estado, un evento magno y magnífico, que aún con sus defectos y desviaciones, impera acogedor de la admiración popular, como una tradición ya con 200 años vigente. Y, como no mencionar ese inmenso dolor que transmiten los colectivos y familias, madres, padres, hermanos e hijos de los buscadores de sus desaparecidos que también el sábado se manifestaron para marcar que son 3 mil 900 personas marcadas como desaparecidas. Así pues, dolor, algarabía, júbilo y consolidaciones de poder político y de la sociedad, ayer se movieron desde Zacatecas hasta la ciudad de México.

Ayer, un día muy revolucionado y más por la sociedad, los partidos y sus crisis con corruptelas, están quedando atrás sean los del poder hegemónico o los de oposición, caminan por la misma ruta de la descomposición. Nuestra capacidad de comprensión para medir las dimensiones cada día más se sorprende, se registran sucesos que por formidables y emotivos, registran momentos históricos y otros para el olvido porque decepcionan, no convencen, aunque no dejan de insistir para que en elgún momento alcancen la cima de su fuerza y rascar realidad a sus objetivos y metas. Lo importante es que los ciudadanos, más conscientes e informados construyen la nueva sociedad.

En el zócalo de la Ciudad de México ayer se sintió un sentimiento nostálgico tan acendrado que será memorable, el Presidente Andrés Manuel López Obrador recibió quizá su último baño popular al rendir el último informe de su gobierno de la Cuarta Transformación, la concentración otra vez no admite restarle méritos, la gente estuvo entregada en todo momento y cada instante del discurso, a la fidelidad y lealtad a quien a diario ocupó las coberturas de prensa y noticieros y en las redes sociales, demostrando una implacable voluntad y una insaciable pasión por comunicar sus ejercicios y hechos de poder político y gubernamental.

Los testigos llegaron de todos los horizontes del país, de Zacatecas ahí se conjuntaron desde David Monreal Ávila y sus hermanos Ricardo, el líder legislativo de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política en la Cámara de Diputados; y el ya portador de sus credenciales como nuevo Senador de la República, Saúl Monreal Ávila; obvio que los notables de Río Grande, Rocío Nahle García, la gobernadora de Veracruz y Alfonso Ramírez Cuéllar, el vice coordinador de la bancada morenista, se mostraron en la conducción de sus huestes, que ahora van a refrendar convicciones y lealtades a Claudia Sheinbaum Pardo, que el primero de octubre asume la Presidencia.

Imposible ignorar las ardientes y ordenadas movilizaciones de los ministros, magistrados y jueces del Poder Judicial, que con el respaldo de la marea rosa, el frente cívico nacional y las fuerzas de oposición, no ceden en sus pronunciamientos y manifestaciones contra las reformas judiciales que a decir de la consigna desde Palacio Nacional, esta semana serán aprobadas por las mayorías calificadas en el Senado y la Cámara de Diputados, una efervescencia social y política que ya traza definiciones hacia la modernización del quehacer político y popular.

No se pueden omitir en Zacatecas, la tremenda marcha y expresión tradicional de las Morismas de Bracho, más de 30 mil personas en familia, desde las lomas bajaron como incontenible torrente humano por las calles y avenidas de la capital del estado, un evento magno y magnífico, que aún con sus defectos y desviaciones, impera acogedor de la admiración popular, como una tradición ya con 200 años vigente. Y, como no mencionar ese inmenso dolor que transmiten los colectivos y familias, madres, padres, hermanos e hijos de los buscadores de sus desaparecidos que también el sábado se manifestaron para marcar que son 3 mil 900 personas marcadas como desaparecidas. Así pues, dolor, algarabía, júbilo y consolidaciones de poder político y de la sociedad, ayer se movieron desde Zacatecas hasta la ciudad de México.