/ miércoles 28 de agosto de 2024

Crónica del poder / La función pública tiene que observarse con honestidad y prudencia

Como en el escenario nacional que tiende a las más profundas transformaciones sustentadas en la reforma del Poder Judicial y la desaparición de los organismos autónomos, en el ámbito estatal hacia el tercer informe del gobernador David Monreal Ávila, se advierten procesos y expectativas de cambios y relevos en el gabinete, que han arrancado con la contrastante sustitución en la Secretaría de la Función Pública, de Humbelina Elizabeth López Loera por Ernesto González Romo, de una mujer caracterizada por su mesura, serenidad y ecuanimidad, a un político que se ha construido una imagen beligerante, protagónica, inestable y de escándalo, como así se ha comportado al seno de la 64 Legislatura del Estado.

Con todo respeto y por lo que se ha observado de hecho y dichos por el ahora Secretario ayer Legislador, los zacatecanos esperan que éste no sea el modelo a seguir en las nuevas designaciones que se esperan antes o después del 8 de septiembre informativo del Jefe del Ejecutivo Estatal, porque ya no es posible y será inaceptable, que de la ineptitud de algunos miembros del gabinete que le han fallado al gobernador y a Zacatecas, ahora se pase a nombrar a rijosos que pueden alejar al gobierno de la sociedad y de los gobernados, porque su vocación no ha sido ni parece que sea el diálogo, los consensos y acuerdos hacia la señalada fórmula de la reconciliación nacional y estatal.

Ernesto González Romo tiene que recargarse de los principios de honestidad, responsabilidad, prudencia, respeto y de mucha determinación por la objetividad, racionalidad y equilibrio, porque la Función Pública no puede ser escenario de escarnios, especulaciones y denuncias sin sustento, como así procedía como diputado, hasta con sus correligionarios de Morena; es más, tiene que revisar el buen uso del gasto público, vigilar el desempeño de los funcionarios y de la gestión gubernamental y no solo enderezar ofensivas en contra de Miguel Alonso Reyes y Alejandro Tello Cristerna, a quienes acusó de sesgos de corrupción, sino que también tiene que enfocar sus acciones sobre los servidores públicos de la Nueva Gobernanza, para procurar que el desarrollo administrativo sea honesto, eficaz e integral, una aplicación ética y moral al servicio público o la función pública.

En coordinación con los sistemas nacional y estatal anticorrupción, no tiene que llegar para iniciar la historia de la Función Pública, tiene que actuar sobre lo hecho y avanzado en las políticas diseñadas y planeadas para ejercer el control interno y evaluar la gobernanza en el estado y los municipios, y en los Poderes Legislativo y Judicial.

El nuevo Secretario de la Función Pública, que viene de una derrota electoral en Fresnillo donde buscó la reelección, deberá entender que se ha fortalecido y diversificado la sociedad, sectores sociales que ya rebasan a los partidos todavía enredados en sus crisis, ahora asumen posturas críticas y reflexivas ante el centro político y económico de los gobiernos, de manera que tiene que alejarse de ese pasado de funcionario público rijoso y protagónico, para asumir su desempeño con seriedad, ecuanimidad y entereza, pero, como lo ha manifestado nuestro Director Gerardo de Ávila en su "Cuenta Regresiva" hay que darle el beneficio de la duda y esperar los mejores resultados.

Como en el escenario nacional que tiende a las más profundas transformaciones sustentadas en la reforma del Poder Judicial y la desaparición de los organismos autónomos, en el ámbito estatal hacia el tercer informe del gobernador David Monreal Ávila, se advierten procesos y expectativas de cambios y relevos en el gabinete, que han arrancado con la contrastante sustitución en la Secretaría de la Función Pública, de Humbelina Elizabeth López Loera por Ernesto González Romo, de una mujer caracterizada por su mesura, serenidad y ecuanimidad, a un político que se ha construido una imagen beligerante, protagónica, inestable y de escándalo, como así se ha comportado al seno de la 64 Legislatura del Estado.

Con todo respeto y por lo que se ha observado de hecho y dichos por el ahora Secretario ayer Legislador, los zacatecanos esperan que éste no sea el modelo a seguir en las nuevas designaciones que se esperan antes o después del 8 de septiembre informativo del Jefe del Ejecutivo Estatal, porque ya no es posible y será inaceptable, que de la ineptitud de algunos miembros del gabinete que le han fallado al gobernador y a Zacatecas, ahora se pase a nombrar a rijosos que pueden alejar al gobierno de la sociedad y de los gobernados, porque su vocación no ha sido ni parece que sea el diálogo, los consensos y acuerdos hacia la señalada fórmula de la reconciliación nacional y estatal.

Ernesto González Romo tiene que recargarse de los principios de honestidad, responsabilidad, prudencia, respeto y de mucha determinación por la objetividad, racionalidad y equilibrio, porque la Función Pública no puede ser escenario de escarnios, especulaciones y denuncias sin sustento, como así procedía como diputado, hasta con sus correligionarios de Morena; es más, tiene que revisar el buen uso del gasto público, vigilar el desempeño de los funcionarios y de la gestión gubernamental y no solo enderezar ofensivas en contra de Miguel Alonso Reyes y Alejandro Tello Cristerna, a quienes acusó de sesgos de corrupción, sino que también tiene que enfocar sus acciones sobre los servidores públicos de la Nueva Gobernanza, para procurar que el desarrollo administrativo sea honesto, eficaz e integral, una aplicación ética y moral al servicio público o la función pública.

En coordinación con los sistemas nacional y estatal anticorrupción, no tiene que llegar para iniciar la historia de la Función Pública, tiene que actuar sobre lo hecho y avanzado en las políticas diseñadas y planeadas para ejercer el control interno y evaluar la gobernanza en el estado y los municipios, y en los Poderes Legislativo y Judicial.

El nuevo Secretario de la Función Pública, que viene de una derrota electoral en Fresnillo donde buscó la reelección, deberá entender que se ha fortalecido y diversificado la sociedad, sectores sociales que ya rebasan a los partidos todavía enredados en sus crisis, ahora asumen posturas críticas y reflexivas ante el centro político y económico de los gobiernos, de manera que tiene que alejarse de ese pasado de funcionario público rijoso y protagónico, para asumir su desempeño con seriedad, ecuanimidad y entereza, pero, como lo ha manifestado nuestro Director Gerardo de Ávila en su "Cuenta Regresiva" hay que darle el beneficio de la duda y esperar los mejores resultados.