/ jueves 17 de octubre de 2024

Crónica del Poder / Distracciones políticas y reformistas hacen olvidar el presupuesto 2025

Desde el centro nacional las políticas del segundo piso que sobre la cuarta transformación construye la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, impactan hasta Zacatecas y hacia todos los horizontes, una etapa presidencial que es verdadera luna de miel de ella con el pueblo y cuyos brazos intentan acaparar enlaces con empresarios, inversiones extranjeras, el rescate de Acapulco, la contención de la violencia en Sinaloa, Tamaulipas, Michoacán, Guerrero, Colima, Nayarit, Jalisco y Chiapas, las reformas que avanzan en el Congreso de la Unión y la estricta coordinación con los gobernadores y gobernadoras, logran un ambiente de confiabilidad y certidumbre que nunca debe cerrarse.

Frente a esa dinámica presidencial que debe derivarse también hacia las entidades federativas y las municipalidades, hay una tremenda distracción generada desde las instituciones legisladoras, el Senado de la República y la Cámara de Diputados, cuyas mayorías con desaire de minorías avanzan sobre la reforma al Poder Judicial, un tema polémico, un debate adentro y afuera que más siembra confusión que clara orientación entre la población, mantiene atareados, amarrados a la curul a nuestros legisladores, sobre todo a los que ostentan liderazgo como Ricardo Monreal Ávila, Alfonso Ramírez Cuéllar, Carlos Puente Salas, Geovanna Bañuelos de la Torre y Reginaldo Sandoval.

La intensidad del escenario nacional tiene opacado, hasta inmovilizado al entramado legislativo estatal, los 30 diputados y diputadas locales de la 65 Legislatura están muy entretenidos con las pasarelas de secretarios del gabinete, en lo que más parece un diálogo de sordos, porque los funcionarios desbordan la información que quieren, envuelven a los bisoños legisladores, que por lo general no alcanzan a escudriñar, auscultar, cuestionar, profundizar y mucho menos a provocar la más entera transparencia que permita arrancarles a los secretarios la información plena, integral y verídica a la que tiene derecho el pueblo zacatecano, los gobernados, y todo queda en mero espectáculo político que es disfrutado con morbo y sorna por la clase política, los aplaudidores y los seguidores acarreados por su partido en el poder.

Si el show debe continuar en la Legislatura y por las calles dominar las fantasías, el colorido del impresionante teatro de calle, lo que también está estancado en Zacatecas es la promoción, gestión y consolidación de un proyecto presupuestal que para 2025 garantice o asegure recursos para el impulso del desarrollo social y crecimiento económico, y que desatore los proyectos que son deuda heredada por el sexenio anterior, como la nómina magisterial, Milpillas y la autopista Aguascalientes, compromisos que no se olvidan por la gente.

Esa contaminación distractiva y de inmovilismo no debe afectar ni contaminar a los senadores Saúl Monreal Ávila, Verónica Díaz Robles y Claudia Anaya Mota, ni a los diputados federales Noemí Berenice Luna Ayala, Ulises Mejía Haro, Soledad Luévano Cantú, Julia Olguín Serna, Miguel Alonso Reyes, Fuensanta Guerrero, Magdalena Núñez Monreal, Ana Luisa del Muro y mucho menos al gobernador David Monreal Ávila, que han de conjugar esfuerzos y acumular gestiones para respaldar ya el mejor presupuesto, porque no deben sumarse otra vez como cero a la izquierda, irrelevantes, indiferentes ante el interés superior de Zacatecas.

Desde el centro nacional las políticas del segundo piso que sobre la cuarta transformación construye la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, impactan hasta Zacatecas y hacia todos los horizontes, una etapa presidencial que es verdadera luna de miel de ella con el pueblo y cuyos brazos intentan acaparar enlaces con empresarios, inversiones extranjeras, el rescate de Acapulco, la contención de la violencia en Sinaloa, Tamaulipas, Michoacán, Guerrero, Colima, Nayarit, Jalisco y Chiapas, las reformas que avanzan en el Congreso de la Unión y la estricta coordinación con los gobernadores y gobernadoras, logran un ambiente de confiabilidad y certidumbre que nunca debe cerrarse.

Frente a esa dinámica presidencial que debe derivarse también hacia las entidades federativas y las municipalidades, hay una tremenda distracción generada desde las instituciones legisladoras, el Senado de la República y la Cámara de Diputados, cuyas mayorías con desaire de minorías avanzan sobre la reforma al Poder Judicial, un tema polémico, un debate adentro y afuera que más siembra confusión que clara orientación entre la población, mantiene atareados, amarrados a la curul a nuestros legisladores, sobre todo a los que ostentan liderazgo como Ricardo Monreal Ávila, Alfonso Ramírez Cuéllar, Carlos Puente Salas, Geovanna Bañuelos de la Torre y Reginaldo Sandoval.

La intensidad del escenario nacional tiene opacado, hasta inmovilizado al entramado legislativo estatal, los 30 diputados y diputadas locales de la 65 Legislatura están muy entretenidos con las pasarelas de secretarios del gabinete, en lo que más parece un diálogo de sordos, porque los funcionarios desbordan la información que quieren, envuelven a los bisoños legisladores, que por lo general no alcanzan a escudriñar, auscultar, cuestionar, profundizar y mucho menos a provocar la más entera transparencia que permita arrancarles a los secretarios la información plena, integral y verídica a la que tiene derecho el pueblo zacatecano, los gobernados, y todo queda en mero espectáculo político que es disfrutado con morbo y sorna por la clase política, los aplaudidores y los seguidores acarreados por su partido en el poder.

Si el show debe continuar en la Legislatura y por las calles dominar las fantasías, el colorido del impresionante teatro de calle, lo que también está estancado en Zacatecas es la promoción, gestión y consolidación de un proyecto presupuestal que para 2025 garantice o asegure recursos para el impulso del desarrollo social y crecimiento económico, y que desatore los proyectos que son deuda heredada por el sexenio anterior, como la nómina magisterial, Milpillas y la autopista Aguascalientes, compromisos que no se olvidan por la gente.

Esa contaminación distractiva y de inmovilismo no debe afectar ni contaminar a los senadores Saúl Monreal Ávila, Verónica Díaz Robles y Claudia Anaya Mota, ni a los diputados federales Noemí Berenice Luna Ayala, Ulises Mejía Haro, Soledad Luévano Cantú, Julia Olguín Serna, Miguel Alonso Reyes, Fuensanta Guerrero, Magdalena Núñez Monreal, Ana Luisa del Muro y mucho menos al gobernador David Monreal Ávila, que han de conjugar esfuerzos y acumular gestiones para respaldar ya el mejor presupuesto, porque no deben sumarse otra vez como cero a la izquierda, irrelevantes, indiferentes ante el interés superior de Zacatecas.