/ sábado 8 de junio de 2024

Crónica del poder / Dirigentes de partidos, adocenados y obsesionados de poder

Así como el excesivo triunfalismo es dañino a la democracia y no dignifica la victoria electoral, que la oposición caigan en el derrotismo y la apología del desastre, solo aleja a los actores políticos y sus partidos del análisis serio y responsable acerca de lo acontecido en el proceso electoral para tratar de determinar sobre lo que ahora puede venir a partir de que Claudia Sheinbaum Pardo tome posesión de la Presidencia de la República y que Andrés Manuel López Obrador se aleje de las decisiones de poder y dar vía libre a la primera batalla del nuevo gobierno y que será la aprobación de las reformas constitucionales, entre ellas la del Poder Judicial y la desaparición de las instituciones autónomas.

Decir que "el que nada debe nada teme", en el proceso electoral se torna falacia o engañifa, porque si hay "quien debe y más teme", por el sistemático y cotidiano de las injerencias en las elecciones. No obstante que se generan escenarios de confusión, dudas y hasta sospechas sobre los resultados del domingo 2 de junio, éstos son invariables y en la atmósfera se percibe y se siente el convencimiento acerca del dominio de la cuarta transformación, desde la Presidencia hasta el Congreso de la Unión, las mayorías en el Senado y la Cámara de Diputados, efectos que contrastan con la decadencia morenista y de la nueva gobernanza en Zacatecas, lo que se ilustra con las derrotas en Fresnillo, Zacatecas Capital y Jerez, el estratégico corredor electoral que exhibe debilidades hacia las batallas del 2027.

Sin desconocer la fragilidad y los riesgos electorales que ya se han concretado con los recuentos de votos, entre las militancias de los partidos opositores, PRI, PAN y PRD que actuaron coalicionados, se registra grave desaliento que las torpezas, caprichos y obsesiones de los dirigentes o líderes han provocado y paradójicamente las reacciones son coincidentes, al rechazar e incluso exigir las renuncias de Alejandro Moreno Cárdenas al PRI; de Marko Cortés, en el PAN, y de Jesús Zambrano por el PRD, porque implantaron decisiones al "cueste lo que cueste" y ya se vió el costo político de cargar con una derrota histórica que ya significa profundas e incontenibles modificaciones.

Curiosamente, los efectos demoledores de condena y repudio a los dirigentes, se derivan hasta el escenario local y no son pocos los militantes y hasta sectores de la sociedad, que quieren ver fuera de la conducción estatal de sus partidos, al priista Carlos Peña Badillo, a la panista Verónica Alamillo y a la perredista María Guadalupe Hernández, a quienes acusan de anteponer sus ambiciones y obsesiones personales para alcanzar una posición en la Legislatura por la vía plurinominal.

A toro pasado e incluso desde la etapa de campañas, quedó muy claro que en la lucha por la Presidencia de la República, a la candidata Xóchitl Gálvez Ruíz más le estorbaron y obstaculizaron los dirigentes nacionales de sus partidos aliados, su marcado deterioro y desprestigio no ayudaron a la suma de votos y si le restaron; en el escenario local, circunstancias y factores como el hartazgo, la corrupción, la guerra sucia, el discurso de odio, la confrontación y sobre todo, las críticas condiciones de violencia e inseguridad que machacaron hasta los últimos días de la jornada, fueron determinantes para los sorprendentes resultados en Fresnillo, Jerez y Zacatecas Capital, ahora recuperados por la oposición.