/ viernes 16 de agosto de 2024

Acerca de mi visita al Cefereso femenil 16

Como Ustedes saben el interés y propósito de la que escribe es la intención de dar a conocer las condiciones del Sistema Penitenciario, así como las condiciones de reclusión de las personas privadas de la libertad en específico las mujeres. Además de la creación de una Asociación Civil que surge con la necesidad de apoyar a las mujeres en prisión en actividades desde el año 2020, iniciando con labor altruista, actualmente llevando talleres holísticos de autoayuda y superación como talleres de lectura, yoga, tanatología, teatro, matemáticas, tarea en la que me colaboran mujeres maestras de gran corazón y sororidad.

Las actividades, sin duda son de ayuda para las mujeres internas en el CERESO Femenil de Cieneguillas de Zacatecas, a fin de dar un apoyo emocional y de sanación, sin embargo debido a los traslados masivos que se vienen realizando las internas se muestran con angustia y depresión, siendo trasladadas mujeres al CEFERESO Femenil 16 ubicado en Coatlán del Río en el estado de Morelos, un centro penitenciario de máxima seguridad y que fue diseñado exclusivamente para albergar a mujeres de todo el país (que está bastante lejos y alejado de sus lugares de origen)

El CEFERESO 16 es un centro penitenciario que desde el año 2021 ha sido señalado como un centro donde hay señalamientos de suicidios de las internas en un entorno de represión y abandono de sus familias, se autolesionan, en principio por la distancia, los requisitos exigidos para su visita, la falta de contacto por sus familias, con su abogado defensor, la falta de medicamentos y la falta de condiciones para una verdadera reinserción social. Donde incluso hay una recomendación muy puntual de CNDH sobre esas muertes de mujeres, porque el centro no pudo prevenir ni garantizar la vida de esas mujeres.

El pasado mes de julio acudí de manera directa por un objetivo personal y profesional a ver a dos internas en dicho centro de las que llevo su defensa penal, para que sea viable la visita, fue un procedimiento largo, complicado, tortuoso y de cumplimiento de todos los requisitos para su ingreso, incluso de vestimenta. A una distancia

de más de tres horas de la CDMX llegando a través de autobús local de Morelos pasando Cuernavaca, Morelos, al llegar a Coatlán del Río hay que transbordar en un taxi para llegar al centro y de pasar por muchos pueblitos pintorescos, tradicionales y muy precarios llegue al CEFERESO que se encuentra ubicado a pie de carretera con una infraestructura impresionante que parece que es un centro de fábricas en una zona industrial, (por la distribución de módulos que tiene) solo por la seguridad y las torres se sabe que es un centro penitenciario, para el acceso principal hay que pasar varios filtros de seguridad y revisión de documentos.

El propio diseño del lugar prevé que se encuentra dividido en módulos donde las separan de acuerdo a sentenciadas o en semilibertad pero en ambos no hay un lugar común de convivencia, no conviven ni comparten entre sí, lo que hace que no creen lazos y en caso de que los tengan son separadas y esto les genera estrés, no tienen procesos psicoterapéuticos, no hay atención especializada en enfermedades mentales y tampoco hay medicamentos para su prescripción.

Al ingresar solo se puede ver a las mujeres a través de locutorios que son áreas donde los veo a través de un grueso cristal solo con una bocina donde hablamos y se escucha, sin tener ningún contacto físico, donde les explique sobre su proceso además de darles ánimo, fue un gran logro de poder estar frente a ella y verlas sobre todo por la excesiva seguridad, ellas uniformadas con el color café caqui característico de dichos centros federales, expresaron sus sentimientos y dudas, siendo de gran ayuda para ellas tener a su defensor para manifestarse y ser tratadas con dignidad.

Sin duda un gran reto y objetivo cumplido, pero ante todo un apoyo emocional a esas mujeres privadas de la libertad ante un escenario ya de por sí torturante.

Como Ustedes saben el interés y propósito de la que escribe es la intención de dar a conocer las condiciones del Sistema Penitenciario, así como las condiciones de reclusión de las personas privadas de la libertad en específico las mujeres. Además de la creación de una Asociación Civil que surge con la necesidad de apoyar a las mujeres en prisión en actividades desde el año 2020, iniciando con labor altruista, actualmente llevando talleres holísticos de autoayuda y superación como talleres de lectura, yoga, tanatología, teatro, matemáticas, tarea en la que me colaboran mujeres maestras de gran corazón y sororidad.

Las actividades, sin duda son de ayuda para las mujeres internas en el CERESO Femenil de Cieneguillas de Zacatecas, a fin de dar un apoyo emocional y de sanación, sin embargo debido a los traslados masivos que se vienen realizando las internas se muestran con angustia y depresión, siendo trasladadas mujeres al CEFERESO Femenil 16 ubicado en Coatlán del Río en el estado de Morelos, un centro penitenciario de máxima seguridad y que fue diseñado exclusivamente para albergar a mujeres de todo el país (que está bastante lejos y alejado de sus lugares de origen)

El CEFERESO 16 es un centro penitenciario que desde el año 2021 ha sido señalado como un centro donde hay señalamientos de suicidios de las internas en un entorno de represión y abandono de sus familias, se autolesionan, en principio por la distancia, los requisitos exigidos para su visita, la falta de contacto por sus familias, con su abogado defensor, la falta de medicamentos y la falta de condiciones para una verdadera reinserción social. Donde incluso hay una recomendación muy puntual de CNDH sobre esas muertes de mujeres, porque el centro no pudo prevenir ni garantizar la vida de esas mujeres.

El pasado mes de julio acudí de manera directa por un objetivo personal y profesional a ver a dos internas en dicho centro de las que llevo su defensa penal, para que sea viable la visita, fue un procedimiento largo, complicado, tortuoso y de cumplimiento de todos los requisitos para su ingreso, incluso de vestimenta. A una distancia

de más de tres horas de la CDMX llegando a través de autobús local de Morelos pasando Cuernavaca, Morelos, al llegar a Coatlán del Río hay que transbordar en un taxi para llegar al centro y de pasar por muchos pueblitos pintorescos, tradicionales y muy precarios llegue al CEFERESO que se encuentra ubicado a pie de carretera con una infraestructura impresionante que parece que es un centro de fábricas en una zona industrial, (por la distribución de módulos que tiene) solo por la seguridad y las torres se sabe que es un centro penitenciario, para el acceso principal hay que pasar varios filtros de seguridad y revisión de documentos.

El propio diseño del lugar prevé que se encuentra dividido en módulos donde las separan de acuerdo a sentenciadas o en semilibertad pero en ambos no hay un lugar común de convivencia, no conviven ni comparten entre sí, lo que hace que no creen lazos y en caso de que los tengan son separadas y esto les genera estrés, no tienen procesos psicoterapéuticos, no hay atención especializada en enfermedades mentales y tampoco hay medicamentos para su prescripción.

Al ingresar solo se puede ver a las mujeres a través de locutorios que son áreas donde los veo a través de un grueso cristal solo con una bocina donde hablamos y se escucha, sin tener ningún contacto físico, donde les explique sobre su proceso además de darles ánimo, fue un gran logro de poder estar frente a ella y verlas sobre todo por la excesiva seguridad, ellas uniformadas con el color café caqui característico de dichos centros federales, expresaron sus sentimientos y dudas, siendo de gran ayuda para ellas tener a su defensor para manifestarse y ser tratadas con dignidad.

Sin duda un gran reto y objetivo cumplido, pero ante todo un apoyo emocional a esas mujeres privadas de la libertad ante un escenario ya de por sí torturante.