La semana pasada recibimos los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, medición levantada en diciembre del 2021. En este ejercicio, realizado por el INEGI, se miden aspectos relacionados con la seguridad pública. Es necesario tener presente que, al día de hoy, únicamente 75 municipios, de los 2,471 que hay en México, son los que se incluyen en el levantamiento.
En el caso del estado de Zacatecas, solo la capital, así como el mineral de Fresnillo, se contemplan en el estudio demoscópico que, por cierto, nuevamente coloca a ambos municipios en los primeros lugares en percepción de inseguridad. Sin que ello implique que sean los únicos municipios del estado que se encuentran en la misma condición.
Este tema, no solo debe servir para el análisis, sino que es una muestra fehaciente de lo que hemos insistido desde hace un tiempo, es necesario hacer un serio replanteamiento de la estrategia de seguridad pública y de las acciones de coordinación que hay entre las corporaciones de seguridad y fuerza armada.
Los resultados que arroja la encuesta, no pueden, ni deben demeritarse por tratarse de percepción ciudadana, aunque en ocasiones ésta no vaya acorde con las cifras y la incidencia delictiva. Y es que el concepto de percepción, que deriva del latín perceptio, es justo eso, las capacidad que tiene una persona de comprender o conocer algo. Y esto se deriva de una realidad que atestiguamos día con día en las redes sociales y en los medios de comunicación.
No se puede tapar el sol con un dedo, los recientes hechos delictivos que colocan a Zacatecas como el estado con más asesinatos de policías en lo que va del año, los enfrentamientos que se han suscitado a lo largo del territorio estatal, los bloqueos de carreteras, en fin, todos los hechos violentos que suceden diariamente, son el detonante para que sigamos encabezando las listas por años consecutivos.
Ya lo he dicho en anteriores colaboraciones, los lamentables sucesos que tenemos en todos los municipios, no es el único elemento que complica la situación que atraviesa Zacatecas, sino que a esto se le suma un aparente tortuguismo en los procesos de investigación de los hechos delictivos. Se debe comentar, muchos ciudadanos no denuncian, ni confían en hacerlo.
Por eso el reto es mayor para todos, para los tres niveles de gobierno, las corporaciones, el ejército y los organismos encargados de impartir justicia. Todos estamos obligados a hacer un alto en el camino, ver qué funciona y qué no, y modificar los planes de acción para dar a los ciudadanos los resultados que se esperan en materia de seguridad.
Reforzar lo que se tenga que reforzar, sustituir lo que se tenga que sustituir, replantear lo que se tenga que replantear y principalmente cerrar filas, entre todos los zacatecanos para salir adelante de esta crisis de seguridad que estamos atravesando. Soy un convencido de que debemos respaldarnos y respaldar a nuestro Gobernador, David Monreal Ávila, para lograr regresar la paz y la tranquilidad a Zacatecas.
